¿Es posible realizar una coalición político electoral para las próximas elecciones? / CRHoy.com / Noticias 24/7 / Periódico Digital

¿Me preguntan con frecuencia, y con preocupación algunas personas y amigos, si es posible realizar una coalición político electoral para las próximas elecciones? Mi respuesta ha sido en general que sí es posible. Como posibilidad eso es posible. Como realidad eso está por verse. Veamos algunos escenarios.

1.- Las coaliciones son las uniones que realizan varios partidos políticos para integrarse, todos ellos, en uno que los reúna a todos bajo una denominación particular, sin que los partidos desaparezcan, se desintegren o anulen su existencia electoral, dando paso a ese nuevo partido, que es la coalición y que actúa solamente para el proceso electoral para el cual se constituye. Las coaliciones en general se dan a todo nivel, presidencial y de diputados, pero pueden darse a nivel presidencial, manteniendo la individualidad electoral en las listas de diputados si así lo acuerdan o deciden.

Las fusiones de partidos se dan cuando dos o más partidos se unen de una manera que desaparecen del todo como organizaciones para dar paso a una nueva, a todo nivel, nacional, provincial y cantonal, para efectos electorales a partir de ese momento de su fusión.

También hay alianzas electorales que se dan cuando uno o más partidos, sin coaligarse y sin fusionarse, le dan el apoyo electoral a otro partido, generalmente, en su lista de presidencial; es decir, llaman a votar por el candidato de ese partido a nivel presidencial, manteniendo su organización y sus listas de candidatos a diputados.

En la historia electoral nacional hemos tenido coaliciones, fusiones y alianzas. Algunas de ellas son: el intento de coalición que se hizo en 1939, impulsada bajo la iniciativa del expresidente Ricardo Jiménez Oreamuno, que había roto con su partido Republicano, que apoyaba la candidatura del Dr. Rafael Angel Calderón Guardia, quien había recibido el apoyo de la Iglesia Católica, en ese momento muy conservadora, con el compromiso de derogar las leyes liberales de 1882 y 1884. Ricardo Jiménez se opuso, se separó del partido y constituyó un movimiento político “jimenista”, que logró unir en el intento de la Coalición Alianza Democrática Nacional, a los liberales, los jimenistas, los masones, los comunistas, y otros grupos con la intención de detener la derogatoria de esas leyes. Finalmente, no pudieron participar en las elecciones de 1939-1940, que se definieron entre los comunistas del Bloque de Obreros y Campesinos, el Partido Republicano y el Partido Guanacasteco del Dr. Vargas Vargas, ganando la presidencia de la República el Dr. Rafael Angel Calderón Guardia.

Durante su administración, en 1943, al calor de la aprobación de las Reformas Sociales, se unieron los comunistas, la Iglesia Católica y el gobierno del Dr. Rafael Angel Calderón Guardia. Ese mismo año, para darle continuidad y firmeza a esta Reforma Social, se impulsó la coalición electoral del Partido Republicano y de los comunistas, ya llamados desde 1943, Vanguardia Popular, bajo el nombre de Bloque de la Victoria, el cual impulsó la candidatura presidencial de Teodoro Picado Michalski, que resultó triunfadora. En su contra se aliaron fuerzas socialdemócratas recién nacidas en el país, con el movimiento político que apoyaba al expresidente León Cortes para enfrentar a Teodoro Picado. La Iglesia Católica apoyó al Bloque de la Victoria.

2.- En las elecciones de 1947-1948 el partido comunista, Vanguardia Popular, habían impulsado su propia candidatura, el partido Republicano proponía la candidatura del Dr. Calderón Guardia, y la oposición política impulsaba la de Otilio Ulate Blanco. En la tensión de aquel momento el Partido Vanguardia Popular llamó a votar por el Dr. Calderón Guardia. Los comunistas habían tratado de negociar otra candidatura distinta a la del Dr. Calderón Guardia, con apoyo de algunos destacados políticos republicanos, lo que no fue posible, y lo que obligó a apoyar en la práctica finalmente al Dr. Calderón Guardia. El resultado de esa elección fue la Guerra Civil de marzo abril de 1948 y las prohibiciones electorales que se impusieron contra los comunistas desde 1948 hasta 1975.

3.- Superada la Guerra Civil, desintegrada la alianza fáctica, de las fuerzas políticas, en torno a los triunfadores de la Guerra Civil, se constituyó el Partido Liberación Nacional en 1951. El nombre obedecía al homónimo que tenía el Ejército constituido en la Guerra Civil para defender el triunfo electoral de Otilio Ulate que había sido anulado por el Congreso de la República, lo que detonó el alzamiento armado encabezado por José Figueres Ferrer. En 1953 el Partido Liberación Nacional ganó la elección. En esa elección se dieron alianzas de distintas fuerzas, incluso los comunistas desde la clandestinidad, alrededor de Fernando Castro Cervantes, oposito a Figueres.

Para las elecciones de 1958, el Partido Liberación Nacional tuvo una escisión. Jorge Rossi Chavarría se salió de ese partido y se enfrentó electoralmente a Liberación Nacional. La oposición política a Liberación Nacional se coaligó con los partidos Republicano Nacional y Unión Popular que postuló a Mario Echandi Jiménez que ganó la presidencia.

En las elecciones de 1966 bajo el nombre de Unificación Nacional se unieron nuevamente los partidos Republicano Nacional y Unión Popular que postularon al profesor universitario José Joaquín Trejos Fernández, quien resultó electo presidente, derrotando al partido Liberación Nacional. En esta elección solo estos dos partidos participaron.

4.- Para las elecciones de 1970 y de 1974 se permitió que los comunistas participaran en las elecciones. Ya habían surgido otros partidos de izquierda, el Socialista Costarricense y el Movimiento Revolucionario del Pueblo.

5.- Para las elecciones de 1978 varios partidos y movimientos políticos constituyeron la Coalición Unidad, que postuló a Rodrigo Carazo Odio, que resultó electo presidente. En esta elección los partidos Socialista Costarricense, Movimiento Revolucionario del Pueblo y Vanguardia Popular constituyeron la Coalición Pueblo Unido. En las elecciones de 1982 volvieron a participar las Coaliciones Unidad y Pueblo Unido.

6.- En el gobierno de Luis Alberto Monge Alvarez, 1982-1986, la Coalición Unidad se desintegró y los partidos que la constituían se fusionaron dando origen desde entonces al Partido Unidad Social Cristiana.

7.- En las elecciones de 1986 la izquierda se dividió en dos coaliciones, una Pueblo Unido y otra bajo el nombre de Alianza Popular, con los candidatos presidenciales Alvaro Montero Mejía y el Dr. Rodrigo Gutiérrez Sáenz, respectivamente. La Coalición Pueblo Unido se mantuvo en las elecciones de 1990 con la candidatura de Daniel Camacho Monge.

8.- En las elecciones del 2002 se constituyó una coalición de izquierda Cambio 2000 que postuló a la presidencia al Dr. Walter Coto Molina. En las elecciones del 2006 de nuevo grupos de izquierda inscribieron la Coalición Izquierda Unida, que postuló a Humberto Vargas Carbonell.

9- En los procesos electorales del 2010, 2014, 2018 y 2022 no participó ninguna coalición, aunque hubo amagos por constituirlas. Esta es la realidad política electoral de este tipo de experiencias. Tres coaliciones victoriosas, en 1958, 1966 y 1978. Las otras sin ningún éxito.

¿Qué hace difícil la constitución de coaliciones? A mi modo de ver, las dificultades que enfrentan la posibilidad de constituir coaliciones son, entre otras causas, las siguientes:

1.- La falta real de voluntad política por constituirlas. La Coalición exige sacrificios políticos de los que quieren unirse. Los partidos o movimientos políticos que quieren unirse tienen que estar dispuestos a aceptar los términos de la unidad, las candidaturas que se van a proponer y la elaboración del Programa Político mínimo que se va a ofrecer al electorado.

2.- Además, implica la discusión de los puestos a elegir. El orden de distribución de los puestos si es por partidos políticos, las condiciones de la distribución de esos puestos que tiene que ver con la antigüedad de los partidos, de sus historiales políticos, de los porcentuales o números de votos obtenidos en procesos electorales anteriores si han participado en ellos. Si la escogencia de puestos es por altas personalidades así consideradas requieren mayor grado de consenso entre los partidos que se van a unir.

3.- Se discute incluso sobre las posibilidades de financiamiento electoral que se logre por la participación en las elecciones, de la forma de cómo distribuirlo entre los distintos partidos coaligados.

4.- Elementos que han privado en discusiones sobre posibles coaliciones son ¿por dónde empezar?, por definir ¿qué es lo primero?, en lo que hay que ponerse de acuerdo. Aquí surgen muchas veces las dificultades.

Si lo primero es determinar el Programa de Coalición, lo que puede llevar mucho tiempo su discusión. Si lo primero es encontrar el candidato presidencial aceptable a todos los grupos. Lo segundo, no menos complicado, es la distribución de los puestos a elegir.

Estos entre otros aspectos son los que deben abordarse, tomando en cuenta la experiencia histórica nacional, para actuar frente al reto que impone el proceso electoral de este año con miras las elecciones nacionales del 2026.

En la perspectiva inmediata pareciera ser que el objetivo central y el más importante de las elecciones próximas va a ser la elección de los futuros diputados y no la del próximo presidente.

En cualquiera de estas dos perspectivas la urgencia política es tratar de desarrollar un grupo, un partido político que en su condición de Gran Coalición Nacional, que pueda hacer frente al peligro institucional que representa el Presidente Chaves y su grupo político empresarial, para la institucionalidad y la administración pública estatal nacional, por un lado.

Por otra parte la integración de la próxima Asamblea Legislativa, la del período 2026-2030, a la cual el grupo político del presidente Chaves le está poniendo la mira como la palanca necesaria para provocar los cambios necesarios que conduzcan a la desintegración total del Estado Social de Derecho todavía existente en el país, y el sometimiento del Estado de Derecho, de los Poderes públicos, al Poder Ejecutivo como el gran rector del desarrollo del Estado y de las políticas públicas a partir del próximo gobierno, en caso de seguir este mismo grupo gobernante, y al Poder ejecutivo como el conductor de esos otros dos poderes, el Legislativo y el Judicial, sujetos a las decisiones autoritarias del Poder ejecutivo como existen en Venezuela, Nicaragua y El Salvador.

¿Eso es realmente lo que necesitamos como sociedad, como país, como colectividad nacional?

¿Estamos en capacidad de constituir esa gran Coalición Nacional, que patrióticamente nos permita avanzar a niveles superiores y mejores de nuestra Democracia social?
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